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Sweden International Horse Show

Sweden International Horse Show

El último fin de semana de noviembre, coincidiendo con el primer Adviento, lo pasamos en la Strawberry Arena, donde se celebró el Sweden International Horse Show. Esta fue nuestra gran presentación “en la vida real”. Por fin íbamos a salir, conocer a muchas personas apasionadas por los caballos y hablar sobre mantas, juguetes para caballos, equipamiento en general y, sobre todo, caballos. Habíamos esperado y planificado este momento con ansias.

Pero, como bien sabemos, las cosas no siempre salen como se planean, incluso cuando se tienen planes B y C. Nuestra primera entrega de mantas, compuesta por 220 cajas, debía llegar a más tardar el 14 de noviembre según todos los documentos. Pero nuestro hermoso contenedor (curiosamente de color naranja) estaba atascado en Hamburgo. No en un mar tormentoso, sino en un puerto a tan solo un día de viaje.
La carga finalmente llegó tres días antes de nuestra partida hacia Estocolmo. 220 cajas con mantas (y algunas con pelotas de juguete) que resultaron estar mal etiquetadas, sin etiquetas o no empacadas en nuestras bolsas. No quedó más remedio que ponerse manos a la obra. Todas las mantas tuvieron que ser revisadas, y muchas de ellas enrolladas y empaquetadas de nuevo.

Las mañanas se hicieron muy tempranas y las noches muy largas. Tampoco ayudó que al principio nuestra estrategia fuera completamente equivocada, lo que nos obligó a deshacer y reorganizar todas las mantas no una, sino dos veces. Entre risas y suspiros silenciosos, poco a poco llenamos el autobús con cajas. Empacadas con amor, aunque no con mucha lógica.

El martes 26 de noviembre, cuando finalmente salimos hacia el norte, estábamos agotados pero felices. El autobús lleno de mantas y, en el remolque, Prince (léase: un caballo maniquí) amarrado firmemente.
Una vez en el lugar, el montaje de nuestra cabina fue mucho más fluido de lo que esperábamos. Estábamos listos y nos sentíamos enormemente motivados.

Cuatro días pasaron volando, aunque fueron largos de principio a fin. Si nuestro comienzo fue algo inestable, los días en el evento fueron todo lo contrario. Tuvimos la oportunidad de conocer a tantas personas maravillosas apasionadas por los caballos. Recibimos comentarios increíbles y participamos en discusiones emocionantes. La recepción que tuvimos fue exactamente lo que habíamos soñado, y gracias a eso no nos importó llegar a casa el domingo a la 1:45 de la madrugada tras reorganizar y desmontar todo.
Y sí, no logramos empacar de manera perfecta a pesar de todos los intentos. Muchas mantas regresaron con nosotros y otras tantas fueron encargadas.

Ahora, más de dos semanas después y con un contenedor de 40 pies ya descargado, estamos agradecidos de que aún quedan dos meses para Eurohorse.

¡Nos vemos en Gotemburgo!

(Este artículo ha sido traducido con IA. Nos esforzamos por garantizar precisión y claridad, pero algunas sutilezas pueden variar. Gracias por su comprensión.)